H-Kayne pone de manifiesto la consistencia y calidad de las músicas marroquíes actuales

Su primer concierto en España fue seguido con entusiasmo por las personas que abarrotaban la carpa de Sallent de Gállego
Fotos: Jesús Alarcón
Que la escena de músicas actuales marroquíes está en plena ebullición y expansión nadie lo pone en duda. Darga fueron el punto de partida, en la edición pasada de Pirineos Sur, y ayer pudimos comprobarlo con H-Kayne, grupo procedente de la ciudad sagrada de Meknes. Con dos discos en el mercado y un tercero en fábrica, el grupo se ha convertido en una de las referencias obligadas de la nueva ola marroquí. Un concepto musical inédito con el más puro sonido groovy oriental, e influencias de hip hop a ritmos de contundentes scratches.

Su primer concierto en nuestro país tuvo una buena parte de improvisación, Iberia perdió la maleta donde transportaban todas las bases, teniendo que transformar y adaptar el show por este contratiempo. Los veinte primeros minutos contó con la presencia única del DJ Key, una referencia obligada en su país, para después aparecer el grupo al completo cautivando a la masiva asistencia desde el primer tema. Los mismos interpretados en árabe y berebere no fueron obstáculo para la perfecta comunicación que se produjo entre artistas y espectadores. Destacaba de manera especial un grupo de niñas, de muy corta edad, que jaleaban las canciones en no se sabe que idioma, desde la primera fila.

El panorama musical marroquí esta sufriendo una transformación esencial. Los jóvenes artistas buscan alternativas en el país y no aspiran a emigrar para conseguir un mundo mejor. Quieren lograrlo donde han nacido y viven. En ello emplean buena parte de sus esfuerzos. La música como esperanza y emoción es un arma política de primer nivel. H-Kayne y otros grupos lo saben. A pesar de no tener quién distribuya sus discos en España, de no tener presencia mediática, su expansión es cada vez más importante y pone de manifiesto que hay una realidad social y cultural ignorada y silenciada. Es la imagen positiva de una juventud, y un país, que quieren estar entre los países desarrollados sin perder su propia identidad.

La apuesta de Pirineos Sur por este tipo de artistas es parte esencial de la filosofía del Festival; promover valores y diversidad cultural.

Comentarios

Entradas populares