Noche de baile bajo las estrellas










































Fotos: Jesús Alarcón y David Calle.
14 de julio / INDO vs TÁMESIS (Pakistán / UK ) / Auditorio Natural de Lanuza

Miles de personas disfrutaron de una noche de danzas muy especiales

La música de baile es una de las variables de las músicas actuales donde más convergen estilos, procedencias y diversidad cultural y social, dando como resultado un amplio abanico de gamas y posibilidades musicales desconocidas hasta hace poco y que las nuevas vías de comunicación han universalizado.


La noche dedicada al Indo, con su ramificación londinense, cautivó a las miles de personas que abarrotaron el Auditorio de Lanuza y que dejaron fuera del mismo, sin posibilidad de conseguir una entrada, a varios millares más. La limitación de acceso de automóviles, desde última hora de la tarde, no impidió que muchas de estas personas recorrieran varios kilómetros a pie para poder llegar al espacio escénico. Ese fue uno de los motivos que motivaron que al comienzo de la actuación de Cheb I Sabbah no hubiera más de un tercio del aforo. Acompañado por
Salar Nader (tabla india) y Jamey Haddad (percusiones árabes y norteafricanas) mostró toda una gama de matices que le han convertido en uno de los grandes animadores de la música bailable a nivel mundial con propuestas atrevidas y para nada convencionales.

Tras el consabido descanso para adecuar el escenario para la siguiente actuación, el lleno era ya prácticamente completo, las filas en las barras y los servicios parecían interminables. Era la primera vez que visitaban el festival los integrantes de Asian Dub Foundation y dejaron el mejor de los sabores con casi dos horas de actuación. Desde el primer tema era evidente por dónde iba a transcurrir un show que les ha convertido en uno de los grupos cabeza de cartel, y referencia en múltiples festivales de todo el mundo. Son las figuras más visibles y mediáticas de este movimiento musical indo-europeo, que desde Londres ha cautivado la escena europea, una apuesta complementaria al surgido en París con la escena musical africana o en Madrid con la Latinoamericana. El grupo que se formó hace casi década y media, sigue fiel a sus orígenes; música para bailar sin renunciar a ningún principio o tema, por muy polémico o conflictivo que sea, y que reflejan en los contenidos de sus textos. Un movimiento que cobra mucha más fuerza en unos momentos en los que la violencia integrista es protagonizada por ciudadanos que proceden de los mismos lugares que ellos. En la rueda de prensa previa, Steve Savale uno de los líderes de la formación, no eludió ninguno de esos temas complejos y polémicos en los que todos estamos involucrados, no sólo la violencia, también la discriminación de su comunidad, la desigualdad social y las dificultades que sufren otros artistas no tan conocidos como ellos.


Durante los 15 temas que duró la actuación, se escenificaron algunos de sus temas más conocidos, seguidos por miles de personas que no paraban de bailar, tanto en la zona de gradas como en el interior del agua. La fiesta se prolongó durante varias horas más, mientras los organizadores se empleaban a fondo para que la salida de público y artistas se realizara de la manera más coordinada y en las montañas limítrofes prodiagan innumerables raves clandestinas hasta la tarde del domingo.


Una jornada mágica de baile que volvió a demostrar el punto de unión que supone la música para miles de personas de procedencias e ideas diversas.

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