La magia yoruba no pudo con Pirene

Prometía la noche del sábado. No solo por la posibilidad de poder acudir a una noche intensa de afro-beat en un marco absolutamente diferente al de su origen. También lo era por la calidad y el hechizo musical protagonistas de las dos jornadas primeras que seguro que se repetiría y, con suerte, podría incrementarse. A lo anterior habría que añadir que la lluvia, que no dejó de caer durante todo el día, paró durante la prueba de sonido de Bukky Leo, algo que los más veteranos del festival recordaban que ocurrió con una de las primeras apariciones de Carlinhos Brown en el Festival, con feliz desenlace. ¿Si las liturgias practicadas por el brasileño dieron resultado, por qué no iba poder ocurrir lo mismo con los yorubas? Música y rituales lejanos podrían vencer a las previsiones meteorológicas y que los, supuestos, dioses distantes podrían aliarse con el festival y convertir la noche de Lanuza, en la excepción que llenó de suspensiones musicales todo el territorio de la comunidad autónoma.

La lluvia, en efecto, disminuyó pero su constancia durante todo el día no aseguraba, al ciento por ciento, que dejara de haber peligro para técnicos y artistas por tal motivo se hizo lo que se debía, suspender los conciertos.

En estas circunstancias la seguridad debe prevalecer a cualquier otro supuesto. Los asistentes, que llenaba completamente las carpas, y los periodistas, el set de prensa, lo entendieron, decidiendo que no se iban a ir de Lanuza, sin la correspondiente sesión de afrobeat, esta vez dirigida desde los platos por Dj. Floro, el cartero musical, y Dj. Lord Sassafras. No sabemos si En-Kai, el dios de la lluvia massai, u Obatalá, su similar yoruba bajaron a bailar, pero es seguro que estuvieron presentes durante buena parte de la noche y todo el día en el Festival. El hechizo, esta vez, no se impuso a Pirene, pero seguro que muchas noches mágicas las podremos ver en los próximos días en Pirineos Sur.

En diecisiete años de festival solo ha habido que suspender cuatro conciertos, incluido el de ayer. Debido a muchas circunstancias. Una de ellas, que a veces se olvida, es la labor de técnicos y profesionales que hacen su trabajo en la oscuridad, muchas veces sin valorar. Su saber hace posible que todo funcione lo mejor posible evitando correr riesgos, que aunque sean mínimos, no es preciso andar. La responsabilidad debe prevalecer a los deseos. A veces es preciso decidir a la contra, para evitar peligros de los que haya que arrepentirse.

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