Ante la recesión económica:+ cultura + red + sociedad civil (VI)
Trabajando en red. Quizás uno de los grandes motivos de la crisis, sea la incapacidad que ha tenido el sistema financiero para trabajar en red. Pensaron que con estar en una economía globalizaba bastaba, mientras cada uno hacía la guerra por su lado, de espaldas del otro. Trabajar en red supone generar confianza, compartir expectativas, ser flexibles en la relación, no ser depredadores del talento ajeno, crear alianzas regionales eficaces e iguales, descentralizar parte del trabajo que permita dar mejores prestaciones con menos costes, ayudando a la creación de empleo, posibilitando que las ilusiones de los creadores salgan adelante. La red es un imán que nos une en el pensamiento y en la acción.
Por último es imprescindible la aceleración en los cambios. El modelo cultural imperante, que data de los años ochenta, no tiene sentido, ha sido superado por la nueva realidad. Es necesaria una transformación estructural. Hay que apostar más activamente por las nuevas tecnologías. La investigación, el conocimiento, la formación y el intercambio deben favorecerse y con ello poner las bases para que accedan al mercado laboral personas dispuestas que no tenga miedo a montar microempresas que ayuden a la descentralización y renovación de la gestión. De las perturbaciones económicas siempre han surgido grandes avances. Gobiernos decididos apoyarán y estimularán iniciativas originales en tiempos de adversidad. Son inversiones de futuro. Sin olvidarnos del envejecimiento de la población al que tendremos que enfrenarnos con propuestas innovadoras en muy poco tiempo.
Lo que está ocurriendo es parte del fracaso de la política y los mercados. Es el momento de la cultura, de la sociedad civil, de las redes. La defensa de la biodiversidad y la diversidad cultural son los grandes retos de nuestro tiempo. Son necesarias nuevas ideas y liderazgos que sean capaces de comprender y gestionar que las personas están por encima de las mercancías. La cultura tiene que decir mucho en este sentido.
Por último es imprescindible la aceleración en los cambios. El modelo cultural imperante, que data de los años ochenta, no tiene sentido, ha sido superado por la nueva realidad. Es necesaria una transformación estructural. Hay que apostar más activamente por las nuevas tecnologías. La investigación, el conocimiento, la formación y el intercambio deben favorecerse y con ello poner las bases para que accedan al mercado laboral personas dispuestas que no tenga miedo a montar microempresas que ayuden a la descentralización y renovación de la gestión. De las perturbaciones económicas siempre han surgido grandes avances. Gobiernos decididos apoyarán y estimularán iniciativas originales en tiempos de adversidad. Son inversiones de futuro. Sin olvidarnos del envejecimiento de la población al que tendremos que enfrenarnos con propuestas innovadoras en muy poco tiempo.
Lo que está ocurriendo es parte del fracaso de la política y los mercados. Es el momento de la cultura, de la sociedad civil, de las redes. La defensa de la biodiversidad y la diversidad cultural son los grandes retos de nuestro tiempo. Son necesarias nuevas ideas y liderazgos que sean capaces de comprender y gestionar que las personas están por encima de las mercancías. La cultura tiene que decir mucho en este sentido.
Comentarios
Un abrazo.
Es evidente que ante el fracaso de la política y la economía, la cultura tiene que ocupar un papel predominante.