Ante la recesión económica: + cultura + red + sociedad civil (II)

La falta de un liderazgo del pensamiento, de las ideas, nos está llevando a un conflicto mucho más que económico, a un problema de valores, de sociedad. Cada vez es más evidente nuestro déficit democrático. Hace muy poco todos celebrábamos nuestra madurez democrática y nos creímos que esa era nuestra mejor realidad, objetivamente parece no serlo tanto. Aquellos valores básicos que deben regir un estado democrático se vienen abajo cuando la violencia de género impera sin parar. Cuando los menores no pueden estar protegidos de sus compañeros y novios. Cuando los ciudadanos son tratados de diferente forma dependiendo de su procedencia. Cuando se cierran comisiones en falso sean de espías o de otro tipo. Cuando la investigación de la corrupción institucional se convierte en una cruzada de políticos y medios de comunicación contra la justicia, en vez de promover en común que la transparencia prevalezca. Cuando luchas políticas, del mismo partido, ponen en apuros a una de las mayores instituciones financieras del país, en plena crisis económica, cuando el crédito institucional y el de grandes grupos empresariales está en juego. Cuando todos los días alguien es detenido o acusado de malversación de fondos públicos, cohecho, tráfico de influencias o corrupción inmobiliaria. Cuando todo parece valer para mantenerse en el poder, diciendo y desdiciéndose continuamente, según como pinte la ocasión. Cuando no se evalúa en sus justos términos el valor que han tenido aquellos que procedentes del mundo de la violencia, al apartarse de ella, han consiguiendo su mejor respaldo electoral. Cuando todo esto parece no tener mayor importancia, cuando electoralmente se siguen fortaleciendo aquellos que están en el punto de vista de la justicia, es que todo va mal, francamente mal. Si a lo anterior se une una crisis económica donde las colas del paro crecen todos los días y familias enteras se incorporan al club de la pobreza, se están poniendo las bases para que alguien venga a redimirnos.

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