Música y liturgia


Es un personaje en el sentido más noble del término. Adán Jodorowsky más conocido como Adanowsky no dejó a nadie indiferente en su presentación el escenario de Pirineos Sur, instalado en Sallent de Gállego. Tras la resaca mundialista de los días anteriores, se palpaba en el ambiente la necesidad de disfrutar con la música y el actor, cantante y compositor lo consiguió de manera sobresaliente. Desde los seis años toca el piano y el escenario siempre ha sido su pasión, como lo demuestra que antes de grabar su primer disco había actuado en directo en más de ciento cincuenta espacios diferentes.

El ambiente cabaretero, espina dorsal de algunos de sus directos, no tuvo presencia en el arranque. Prefirió deambular por canciones, de reciente creación, más ensambladas donde sobresalen las guitarras y una concepción musical alejada de los parámetros habituales en los que merodea la música independiente actual en la mayoría de las ocasiones. Para el compositor chileno-francés la música, el arte, debe tener un sentido, la creación para cambiar, contagiar y motivar a los asistentes. Con la interpretación de “Estoy mal” dio un giro, realizando un concierto muy participativo logrando la complicidad masiva de un público que llenaba la explanada de los Mercados de los Mundo del Festival.

En esta ocasión no se hizo acompañar de una cruz cristiana cuando interpretó “El ídolo”. La superestrella que había matado en otras ocasiones no la resucitó para volverla liquidar. No es necesario, ha sucumbido para siempre. Nos dejó la versión musical, la humana, la que refleja nuestra realidad más cruda en temas como “Me siento solo”, balada con los que acabó el concierto, no sin antes realizar una experiencia músico-espiritual consiguiendo la total comunión de un público que tumbado en el suelo no mostró reparo alguno para realizar una explosión colectiva liberadora de angustias y problemas, una experiencia mística que dio paso a “Estoy por ti” contagiando a los asistentes en un coro multitudinario.

Un concierto diferente, en un ambiente heterogéneo protagonizado por un artista vital que nos contagió a todos con su brío e imaginación. Lo mejor que podría ocurrir para comenzar la semana en Pirineos Sur.

Foto: Pilar Hurtado.

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