Participasión













Siempre he estado comprometido en las más diversas acciones. Tras un par de años de militancia en la izquierda más izquierda, me encuadré en las Juventudes Socialistas y el PSOE hasta 1997. A pesar de no militar desde entonces, siempre les he apoyado, como también he hecho con IU, Izquierda Anticapitalista y un buen número de colectivos de la izquierda más diversa. No me avergüenzo, al contrario. Siento orgullo de ser de izquierdas. De la izquierda más plural. Creo que todas tienen un papel que hacer. A veces no entiendo determinadas políticas, discrepo y mantengo opiniones que chocan con las oficiales de todas las izquierdas. También sé que muchas medidas poco tienen con la izquierda y con la socialdemocracia. A pesar de ello, creo que solo he perdido un amigo por no estar encuadrado en el discurso oficial. No soy un radical, aunque muchas veces me han tachado de ello, creo que siempre he defendido lo mismo y seguramente son otros los que han modificado sus opiniones.

Creo distinguir perfectamente a qué juega cada uno, quizás por eso desde hace años sentía cierta pena de estar en una ciudad y una comunidad donde parece que solo existe un pensamiento único. Soy consciente de los motivos de ello. Económicos y mediáticos que apoyan a los que ofrecen más posibilidad de negocio y enriquecimiento por un lado. Por otro, errores continuos de una izquierda institucional que siempre intenta hacer un discurso diferente al nacional para intentar crear un espacio propio, que nunca consiguen. En último lugar una izquierda alternativa que conecta muy poco con la mayoría de la población.

Lo que está pasando ahora en Madrid me llena de orgullo. Es evidente que hay un sector muy amplio de la población que no se siente representada y hay que reflexionar sobre ello. Muchos opinan sobre lo que ocurre en la Puerta de Sol y me gustaría saber cuántos de los que lo hacen se han pasado por allí. Es un modelo de organización, pluralidad, respeto, tolerancia y transparencia. Muchas edades, máxima diversidad y nada de represión. La actitud de la policía es realmente la que se espera de un cuerpo democrático. Cuando un mando comenta que “solo actuaremos cuando nos den la orden por escrito”, está claro lo que piensa de lo que acontece y a quién asiste la razón.

No acudí a la manifestación del 15-M estábamos llegando desde Casablanca donde sí estuvimos con la gente del 20 de Febrero, movimiento ejemplar en condiciones nada parecidas a las nuestras, en cuanto a márgenes de libertad y recursos, no sólo económicos. Lo que ha ocurrido me llena de orgullo como madrileño. La extensión no solo al resto del país sino a nivel mundial evidencia los deseos de cambio de millones de personas que piensan que el sistema actual no tiene sentido. Todos y todas los que pretendemos construir un mundo mejor debemos contar con el apoyo de todos los que creemos que no es solo necesario, sino que nos lo merecemos.

Con las pancartas que hay en la Puerta del Sol se puede montar la mejor exposición de participación ciudadana. Pero realmente me quedo con las dos que encabezan este texto. No son las más comprometidas, pero muestran emociones y sentimientos poco habituales en la acción política convencional.

Mañana iré a votar. No me gusta que me gobiernen los que prefieren construir campos de golf antes que escuelas primarias. Tenemos que hacer compatible el trabajo en la calle, La Red y las instituciones. Solo cuando se logre, los cambios serán posibles.

La política española no va a ser la misma desde el 15-M, Madrid tendrá la culpa. Me siento orgulloso de esos miles de ciudadanas y ciudadanos que han llenados las calles de mi ciudad, todo lo contrario es lo que me produce los que llevan gobernando esta comunidad y este municipio desde hace años. Madrid ha sido un ejemplo de lucha, Guerra Civil, Transición, 11-M… Ahora abre nuevas puertas para repensar la acción política, no solo la nuestra. El que no lo entienda podrá tener poder, pero no tendrá razón, ni fuerza para representarnos.

Después de estos días supongo que nadie dirá que las redes sociales son un capricho. Cuando se aprobó la llamada ley Sinde mantuve, en este blog y en el Foro Social de Madrid entre otros lugares, que era la medida más peligrosa aprobada por el Gobierno de Zapatero, ya que por defender los intereses de unos pocos se pueden poner trabas y mecanismos legales que impidan la comunicación y difusión de todas las opiniones. Espero que me equivoque y que acciones como las de esta semana se puedan seguir realizando sin que ningún gobierno las impida, censure o silencie.

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