¿Es necesario un 15-M cultural?

Durante el pasado mes de mayo he acudido a diferentes asambleas del 15-M en plazas de Madrid. En la de Ópera sobre “Periodismo Real Ya” en Las Descalzas sobre “Educación y Cultura”, y en La Latina la correspondiente a mi ámbito vecinal. En la zona es habitual ver a actores, actrices, profesionales de la comunicación, de la cultura… Me ha causado mucha sorpresa que solo unos pocos han estado debatiendo con ciudadanos y ciudadanas anónimos en tan singulares ágoras. Discusiones enriquecedoras, apasionantes, una participación ciudadana ejemplar que esperemos no se rompa por el impasse a la hora de tomar decisiones de futuro y no se vuelva a propuestas ya sobrepasadas por los acontecimientos. No se puede, ni debe, caer en lo mismo que se dice combatir.

La presencia de personajes más o menos conocidos no es singular. Extraña su no representación en momentos en los que el sector está sufriendo una transformación que puede dejar a muchos de sus mejores profesionales fuera de acción. En ello tiene que ver un pretendido modelo que entiende la cultura como valor y no como derecho, primando casi en exclusiva a las industrias culturales, fundamentalmente en manos transnacionales ajenas al sector, que en la mayoría de las ocasiones poco tienen que ver con la creación, a la que abandona sin el menor pudor, como ocurre también con muchos de sus trabajadores.

La política del ladrillo trajo consigo la creación de un buen número de equipamientos culturales a los que ahora se dejan sin las partidas presupuestarias necesarias, donde los gastos corrientes sobrepasan a los de actividades. La solución mágica, la de siempre. Venta de patrimonio público a precios irrisorios o su privatización, originando con ello la búsqueda exclusiva de beneficios y un deterioro permanente de los servicios.

Algunos no pueden debatir sobre el tema al ser cómplices de este modelo cultural neoliberal. Otros, porque consciente o inconscientemente se han convertido en valedores de su control a través de normas y leyes como la llamada Ley Sinde. Uno de los detonantes del movimiento 15-M ha sido su aprobación. Las hemerotecas están para refrescar memorias. La cultura debe volver a pensar en colectivo, bien común, trabajo participativo y hacerlo siempre, no solo cuando interesa.

Ante la privatización de equipamientos y servicios públicos, es necesario que además del apoyo a las industrias culturales se tenga en cuenta a las más desatendidas. Desarrollar una gestión compartida con las ciudadanas y ciudadanos a través de sus entidades representativas de proximidad, donde las propuestas autónomas e independientes tengan su propio espacio. Desarrollo de presupuestos culturales participativos que acaben con la utilización de los mismos para fines políticos o egocéntricos. Apoyo a la innovación, a la transparencia y profesionalización de la gestión. Fomento de iniciativas sin ánimo de lucro, priorizando a las que apuestan por la diversidad y la pluralidad. Políticas de apoyo el autoempleo y el emprendimiento cultural. Regulación laboral y fiscal que tenga en cuenta la complejidad de un sector con picos de mucha actividad y otros sin apenas trabajo. Formación y reciclaje para la mejor cualificación. Se trata de transformar un modelo que permite el enriquecimiento de unos pocos y la precariedad e inseguridad de los más, en beneficio de una ciudadanía que no solo debe consumir cultura sino ser participe en su creación, desarrollo, gestión y evaluación.

La cultura no puede dejarse solo en manos de la industria, es su segura desaparición. La esperanza de otro mundo posible se desvanecerá un poco más. Quizás es preciso un 15-M Cultural o tal vez asumiendo con determinación algunos de sus postulados -más participación y transparencia, menos mercado y corrupción- sea suficiente. Para ello es necesario posicionarse. Puede suponer perder determinados estatus. Quizá por ello algunos prefieran participar desde el sofá utilizando los tuits como única arma.

Comentarios

entrenomadas ha dicho que…
Fantástico texto, con tu permiso lo subiré al blog.

Un saludo,

Marta
Unknown ha dicho que…
Qué qusto leerte, lo comparto también via Facebook :) ¡Gracias!
Muchas gracias por los comentarios.
Marisa Peña ha dicho que…
me ha gustado muchísimo la reflexión.

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