Hablando de gestión cultural

Hoy hemos celebrado asamblea de la Federación Estatal de Asociaciones de Gestores Culturales (FEAGC), a la misma han acudido catorce asociaciones, Baleares ha delegado su voto, además se ha aceptado la incorporación de la asociación de Euskadi (APROKUE).

Se ha aprobado el Plan de Actuación debatido a lo largo del primer semestre del año, se ha dejado abierto a modificaciones dados los cambios continuos que se está produciendo en el sector, las cuentas y se ha elegido nueva Junta Directiva.

A AGETEC (Madrid) nos ha tocado asumir la Presidencia, PROCURA (Aragón) Vicepresidencia, APGCC (Catalunya) Tesorería, APGCA (Asturies) Secretaria y las vocalías para Andalucía (GECA), Navarra (PGCN) y Patrimonio Cultural (AEGPC). Había más propuestas para las vocalías pero se ha consensuado estudiar una reforma estatutaria en profundidad que aborde posibles nuevas incorporaciones, ya que con los estatutos actuales no se puede ampliar el número de ellas.

Desde un punto de vista absolutamente personal creo que el debate ha sido muy enriquecedor por la diversidad y pluralidad de ideas e intervenciones. Estamos en momentos muy complicados profesionalmente, quizás por ello la intensidad de las discusiones que se están produciendo en nuestro entorno estén generando proyectos muy innovadores y participativos.

Debemos seguir defendiendo la cultura como un derecho constitucionalmente reconocido pero ser conscientes que el sector está en continua transformación, que lo público cada vez tendrá menos peso, que la multiculturalidad y la diversidad son una ventaja, que la cultura digital transforma nuestra acción, los modos de trabajar y la manera de relacionarnos. Que el procomún está consolidado, que el tercer sector es imprescindible y que la cultura en red y en redes son realidades que abren muchos caminos y nuevas posibilidades.

La cultura se ha deslegitimizado en los últimos años, tenemos buena parte culpa por haber claudicado o habernos dejar llevar por discursos que justificaban y amparaban intereses muy concretos de las grandes industrias culturales y creativas que poco tenían ver con la cultura de la ciudadanía, de la proximidad, de la que hace y crea ciudad.

Para nada sirve quejas y lamentaciones hemos caído en nuestras propias trampas y contradiciones, solo sirve la enmienda, ser proactivos, generadores de ideas y herramientas que contribuyan a la transformación de nuestros entornos. Quizás sea preciso volver a la animación que fue lo que a muchos nos animó a elegir esta profesión. De ello hablaba con los compañeros de Navarra en la comida posasamblea. Acaso sea preciso una relectura y una reelaboración de los textos de  nuestros clásicos; Ezequiel Ander-Egg, Eduard Delgado, José María Quintana, Fernando Cembranos, David H. Montesinos, María Bustelo, Avelino Hernández, Paloma López de Ceballos, María Salas, Marco Marchioni, Ángel de Castro… hemos tenido los mejores maestros y parece que nos avergonzarnos de ello. Nuestra falta de I+D es un lastre que padecemos, mientras no corrijamos ese déficit poco avanzaremos y poco se valorará nuestra labor.

Cultura y educación, que poco hablamos de esto en nuestros encuentros y reuniones, para fomentar el conocimiento, el espíritu crítico, la transformación intentando acabar con la subordinación de la cultura a la economía.

En todo ello ¿qué papel juega la ciudadanía? No deberíamos seguir mendigando más participación, ¿quién es nadie para decirte hasta donde y hasta cuando puedes hacerlo? La participación no puede ser dirigida, ni tutelada, todos debemos decidir conjuntamente como y cuando lo hacemos.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación permiten el autogobierno, la autogestión, el trabajo común, el colaborativo, el control, la horizontalidad. La ocupación del espacio público es esencial para romper la dinámica gobernantes/gobernados. Cultura y movimientos sociales emergentes deben caminar al unísono. ¿Cómo surgió y se desarrolló el 15M? ¿El 132 mexicano? o ¿El 20F en Marruecos? Y ¿Las primaveras árabes? –en plural-. ¿No han utilizado herramientas socioculturales para desarrollar y difundir sus acciones? ¿Somos incapaces de reconocer que otros están utilizando instrumentos que antes manejábamos y por entrar en dinámicas socioculturales desde una perspectiva exclusivamente económica hemos abandonado hace tiempo? ¿Hemos renunciado definitivamente a la crítica individual y colectiva?

Estamos en tiempos de incertidumbre pero también de esperanza, que no de Aguirre. Quizás debamos mirar más a América Latina y África sin abandonar Europa. Desarrollar nuestro trabajo pensando más en la ciudadanía y menos en la economía.  La creación no puede ser exclusivamente entendida como una transacción económica. Hay que buscar rendimientos económicos desde otras perspectivas, no guste o no la realidad nos lleva a la invención y de como lo hagamos dependerá en buena parte nuestro sustento.

La cultura es un derecho a la que todos debemos tener acceso teniendo la oportunidad de participar en su creación, elaboración y distribución. Para poder lograrlo es imprescindible que la clase política, y la ciudadanía, lo entiendan asignando los presupuestos correspondientes. Solo lo harán cuando sean conscientes de que la cultura es un VALOR y no una MARCA, que la riqueza de un país, de una nación, de un estado es proporcional a su diversidad esa que nunca hemos sabido reconocer y que en cualquier otro lugar sería un motivo de orgullo. Somos una nación de naciones, nos enriquece nuestra pluralidad y no los intereses económicos de cada una de ellas.

En estos tiempos nos toca investigar, reflexionar y compartir. Ser capaces de generar ideas entre todas, abandonar egos, poner nuestras experiencias al servicio colectivo, buscar la positividad, ser respetuosos, transparentes y responsables,  solo así será posible que nuestro trabajo sea eficaz, que la gestión cultural sea algo valorada.

Mientras escribo me acompaña la música de Cristóbal Repetto, Panteón Rococó, Hoba Hoba Spirit, Dremen, L.E. Flaco, Mágica, Canallas, Doctor Krápula…. Hay otras músicas igual que hay otras maneras de gestionar. Mañana colaboramos en la organización de la #rutadevota dentro del programa “Fluxus to the people” que organiza el Museo Reina Sofía. Mostraremos la diversidad cultural de nuestro barrio, desde una perspectiva religiosa. Recorremos templos católicos, mezquitas, iglesias protestantes diversas, gitana, latina y china incluso la del Pato que creado el amigo Leo Bassi. Todo ello en un territorio muy pequeño, La Latina y Lavapiés, una realidad que existe, se ignora y desconoce que vamos a mostrar algunos que no tenemos ninguna creencia religiosa. Lo vamos hacer con los compañeros y compañera del colectivo de arquitectura Zuloark una muestra más de que la gestión cultural va más allá de lo que queremos reconocer, es mucho más diversa, rica y gratificante.

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